- Las 50 mejores series españolas de la historia de la TV
- Las 25 mejores series de época para viajar al pasado
- 20 series basadas en escándalos reales que te engancharán
La serie 'Las abogadas' retrata un momento difícil de la Historia de España a través de la figura de cuatro mujeres reales, varias de ellas muy conocidas. La acción arranca en Madrid en 1969 siguiendo a Lola González (Paula Usero), una chica recién salida de la universidad de Derecho cuyo novio es detenido por la policía y muere en extrañas circunstancias durante el interrogatorio. A partir de ahí, la vida de Lola cambia y conoce a otras tres abogadas laboralistas, Manuela Carmena (Irene Escolar), Cristina Almeida (Elisabet Casanovas) y Paca Sauquillo (Almudena Pascual), junto a las que luchará por la justicia y la democracia.
La ficción, creada por Patricia Ferreira y luego continuada tras su fallecimiento por Juana Macías (dirección) y Marta Sánchez (guion), se encuentra actualmente en emisión en Televisión Española. Dos de sus protagonistas, Irene Escolar y Elisabet Casanovas, nos cuentan cómo ha sido trabajar en este proyecto e interpretar a dos rostros tan conocidos como Carmena y Almeida.
¿Cómo os habéis preparado para 'Las agobadas'?
Irene Escolar: Fue un trabajo de mucha documentación, sobre todo de leer, leer y leer para documentarnos sobre cómo era esa época y cómo eran las vidas de estas mujeres, que para mí era algo muy desconocido. Y después yo tuve un breve encuentro con Manuela donde tampoco entramos a hablar mucho de esto porque yo no la quería atosigar. Son hechos de su vida dolorosos y no me apetecía tanto entrar en eso, sino quizás más ver cómo se movía, cómo era su energía... Y también dejar eso un poco de lado y coger más lo anecdótico que yo había leído en esos libros, de cómo me imaginaba que ella podía ser con 20 años, porque yo las personas cambiamos: yo no tengo nada que ver lo que soy ahora con la persona que era hace 10 años, así que no me quiero imaginar cuando pase el tiempo. Teníamos que olvidarnos un poco de quiénes son ellas ahora porque estábamos seguras de que no eran las mismas personas. Entonces, era quedarnos con algo más de su energía, de su esencia, de lo que nos sugerían... Y luego también teniendo en cuenta que hay unos guiones escritos de una manera y que tú tienes que ser fiel a eso, porque ese es nuestro trabajo. Aportamos pequeñas cositas que podían sumar, pero fuimos muy fieles a lo que estaba escrito.
Manuela Carmena y Cristina Almeida son dos personajes públicos que la gente tiene en mente, con rasgos muy concretos. ¿Cómo habéis abordado interpretarlas?
Irene Escolar: En el caso de Manuela, no tiene rasgos caracteriales fáciles. Manuela es un personaje muy difícil. Yo la observé mucho, vi muchísimas entrevistas de ella y es alguien que quizá lo que más tiene es cómo mueve las manos. Es lo único con lo que yo me pude quedar, porque ni una manera de hablar muy particular, ni un deje...
¿No crees que tiene una voz muy particular?
Irene Escolar: La voz sí, pero no querían que las imitáramos mucho, me podía quedar con alguna cosa. Y más que eso, me sugería que era una persona con mucho optimismo y mucha alegría. Ella decía en un libro: 'A mí me gusta sonreír', que es una cosa que creo que define mucho a una persona, porque poca gente dice eso. Es una persona con mucha campechanería, muy humilde, con una escucha muy particular. Todas esas cosas son las que podíamos realmente luego poner ahí, en mi caso.
¿Y con Cristina Almeida?
Elisabeth Casanovas: A mí me pasa lo contrario. A nivel caracterial, ella es muy determinada. Cristina Almeida nació en Badajoz aunque se muda a Madrid de niña, pero mantiene mucho el acento y tiene una manera muy concreta de hablar. Justamente por lo que dice Irene, que desde dirección no se buscaba una imitación, abogué por no imitar un acento. Me da mucho respeto que pudiese parecer una parodia, con el tiempo que teníamos, y eso no era lo importante de la historia. Lo importante era dar vida a unos guiones. Además, no hay documentación audiovisual de cómo eran ellas en su juventud. Es una serie que requiere estar mucho en el presenta. Por entrevistas que he leído de Cristina, ellas nos esperaban que pasara todo lo que iba a pasar, así que eso nos recordaba que eran unas personas que empezaron estudiando Derecho y que todo lo que iba pasando, lo iban viviendo. Eso como actor te conecta con el presente.
Tanto Paca como Cristina han participado de forma activa asesorando el proyecto, pero Manuela no. ¿Le preguntaste cómo ha llevado ella que se haga una serie sobre su vida?
Irene Escolar: Hablamos de otras muchas cosas, preguntas que yo tenía. Ella es una mujer muy respetuosa. Y siempre ha tenido una actitud de mucho apoyo y respeto al proyecto.
¿Qué tipo de cosas le quisiste preguntar?
Irene Escolar: Por ejemplo, si fumaba o no, para incorporarlo. O cómo vivió algunos de los sucesos que ocurrieron, como el de Pedro Patiño, amigo suyo, que aparece en el tercer capítulo, que es algo que yo había leído que le había marcado mucho en su vida, pues quería saber un poco cómo había sido esa experiencia. También quería saber si tenía alguna foto de esa época, porque no había fotos de eso momento y estábamos un poco perdidas en la búsqueda. Nos teníamos que inventar cosas a muchos niveles y en vestuario me pidieron que le preguntara algunas cosas. Tenía muchos deberes de cosas del equipo que querían saber. La verdad es que fue muy generosa, porque al final tenía que compartir parte de su vida. Yo sí le pregunté cómo se veía ella a sí misma... Son preguntas difíciles, porque yo tampoco sabría describirme a mí hace unos años. Estoy segura de que cuando ellas vean la serie habrá muchas cosas que digan: 'No éramos así', pero bueno, forma parte de la ficción.
Al hacer 'Las abogadas', ¿ha cambiado la forma en que las veis a ellas o a esa época?
Elisabeth Casanovas: Más allá de la percepción que podíamos tener, la serie cuenta una serie de hechos que explican cómo estaban las cosas en ese momento, que yo desconocía los hechos particulares y ha sido muy enriquecedor.
Irene Escolar: Había que entender lo que era para una mujer, a finales de los años 60, entrar en la universidad, estudiar Derecho, abrir un despacho y enfrentarte a todo lo que eso suponía: de infravaloración, de juicio, de muchísimas cosas... cuando ves ejemplos concretos o alguien te cuenta su propia experiencia, dices: realmente es una barbaridad.
Elisabeth Casanovas: Cristina siempre agradece mucho el haber podido estudiar. Siempre dice que fue una herramienta muy poderosa que tuvieron, poder usar el conocimiento para poder cambiar las cosas.
Irene Escolar: En el libro 'Cristina, Manuela y Paca', se cuenta que de las pocas mujeres que entraban en la universidad en aquel momento, la mayoría terminaba la carrera pero no con una pretensión de dedicarse a eso profesionalmente, sino para casarse bien. Eso fue un dato que me llamó mucho la atención. Ellas entraron a trabajar en un terreno muy masculino. Manuela me habló de algo que siempre le hacía mucha gracia, que era que en realidad hacían todo desde la inconsciencia. Sabían que había reuniones clandestinas, que existía un peligro, pero ese peligro era excitante.
Elisabeth Casanovas: Incluso cuando las detenían. Cristina decía que sufría por su padre, pero ella estaba allí como: ¿qué hay que hacer?
¿Habéis buscado esa inconsciencia a la hora de interpretarlas?
Elisabeth Casanovas: Hemos intentado huir del peso de la solemnidad de lo que representan y lo que han hecho. Porque si no eso nos desconectaba del presente. Secuencia por secuencia, sin adelantarnos.
Irene Escolar: Uno intenta vivir la vida como va viniendo, pero con optimismo y con ganas de pasárselo bien. Creo que tenían muchas ganas de pasarlo bien, sobre todo ellas dos. Nosotros tenemos bastante trama juntas y hay una cosa como de disfrute entre las dos.
Elisabeth Casanovas: Y ha sido muy guay ver a dos personajes disfrutar de sus trabajos y ocupando un puesto.
Con todo eso en mente, ¿fue difícil interpretarlas?
Irene Escolar: Todas decidimos, en un momento dado, olvidarnos de los apellidos de estas personas y centrarnos en que eran unas chicas que se llamaban así y construir los personajes desde ahí. Como si como si no supiéramos que eran reales y que iban a ver la serie. Si no, había mucha presión de sus personajes. El método de trabajo está justamente en eso, en la descarga, en buscar una ligereza para que no se convierta en algo rígido y encorsetado.
Elisabeth Casanovas: Trabajar desde el sí, siempre es mejor que desde el no.
¿Creéis que la ficción tiene el poder de hacer memoria y que eso hace a esta serie relevante?
Elisabeth Casanovas: Yo creo que es lo maravilloso de la ficción, que te pueda trasladar a universos. Y en este caso es un universo que forma parte de la Historia, unos hechos que pasaron aquí hace no tanto. Si eso sirve para no caer en cierta desmemoria, mejor.
Irene Escolar: Y para no dar por hecho los privilegios. Creo que igual hay mucha gente joven, que al igual que nosotras no conocíamos en profundidad de estas historias, puede resultarles bastante interesante.
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".